Érase una vez 29 en febrero
Tarde de noche en un bar.
Hablaba un grupo de hombres
Entre sillas atentas se disponían a apostar
De seducir al mar se trataba
Y debía hacerse de forma cantada
Tras todos intentarlo en vano
Con sus tragos encima marcharon
Mas el aquel; el único sordo a las botellas
Otra vez decidió intentarlo
El mar esta vez intrigado, se calmo para así escucharlo
Aquel hombre de corazón claro logro así encantarlo.
Se le presento de mujer, piel clara como luna
Vestida de estrellas y blanca espuma
De cabello verde y ojos dorados
Con un coro detrás; de riscos cantando y la arena bajos sus pies deslumbrando
Luego el, impulsivo y decidido, sin pensarlo le pidió pretensioso su hermosa mano
Con triste mirada le respondió ella, hastiada, cansada de aquellos...pero aun digna y bella.
Un muy sutil llanto le estaba aflorando
Al final resignada lo tomo con sus manos y consigo lo llevo cantando
Desatando su furia en las costas, mientras de ellas lo iba alejando
Aquel hombre le había buscado, provocado y también desafiado
Se fue finalmente con ella como había esperado
Pero pálido, frió y desarmado, pues su vida había acabado
jueves, 9 de octubre de 2008
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